Si esperas a sentirte listo/a, jamás lo harás: el secreto para ganar confianza hoy
¿Te has dicho alguna vez “cuando me sienta preparado/a, lo haré”?
Déjame ser directa: esa sensación de estar listo/a nunca llega. La espera solo te mantiene atrapada en el mismo lugar. Y la verdad incómoda es esta: no es falta de preparación lo que te frena, es el miedo. Miedo al fracaso, al juicio, a no ser suficiente. Pero aquí viene el golpe de realidad: si sigues esperando sentirte segura, te quedarás esperando para siempre.
El verdadero problema: no es tu falta de confianza, es la mentira que te has creído
Te han enseñado que la confianza aparece primero, que necesitas sentirte seguro/a antes de actuar. Pero te voy a decir algo que cambiará todo: la confianza no es la causa de la acción. Es la consecuencia. Actúas, tropiezas, aprendes, y la confianza aparece después. El error fatal es pensar que primero necesitas sentirte fuerte para moverte. Piensas que la confianza es algo que se «gana» o «se tiene». La verdad es que la confianza se construye a través de las pequeñas acciones que tomas, aunque el miedo siga ahí.
Y sabes qué… la mayoría de las personas que se sienten inseguras llevan una mochila llena de creencias erróneas heredadas. Creencias como: “No soy suficiente”, “No me lo merezco”, “Qué dirán los demás”, “Es mejor no intentarlo que fracasar”. Y lo peor es que esas creencias no son tuyas, pero las has integrado tan profundamente que gobiernan cada decisión que tomas. Y hasta que no las desenmascares, seguirán controlando tu vida.
¿Qué pasaría si hoy mismo decidieras que ya eres suficiente? Que no necesitas más validación externa para empezar. Que la fuerza para avanzar no viene de sentirte lista, sino de actuar, aunque sientas miedo. Porque sí, el miedo seguirá ahí, pero lo harás de todos modos. La verdadera fuerza viene de moverse, aunque no sientas que estás lista.
Ejercicios para romper el ciclo de la inseguridad
Ahora, es el momento de actuar. No te limites a leer y pensar que esto es solo una buena idea. Haz algo. Porque la única manera de superar la inseguridad es con acción. Aquí te dejo tres ejercicios simples pero poderosos que te ayudarán a dar el primer paso:
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Cambia tu diálogo interno: ¿Sabes cuál es la creencia que más te frena? ¿»No soy suficiente»? Escribe esa creencia en un papel. Luego, reescríbela en positivo y en presente: «Soy suficiente exactamente como soy». Lleva esa afirmación contigo a todas partes. Léela siempre que las dudas te asalten. Recuerda, las palabras tienen poder, y lo que dices sobre ti, lo llegas a creer.
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Acción inmediata: Piensa en algo que has estado postergando porque “no te sientes listo/a”. Puede ser cualquier cosa: empezar ese proyecto, inscribirte en el curso, hablar con esa persona importante para ti. Ahora, comprométete a dar un pequeño paso hoy mismo. No mañana. Hoy. No te hagas más preguntas ni busques excusas. Da ese primer paso, aunque sea pequeño, pero hazlo hoy mismo. Pregúntate: ¿qué es lo peor que podría pasar?
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La técnica del espejo: Cada mañana, mírate a los ojos en el espejo y di en voz alta: “Soy valiosa. Soy capaz. Me doy permiso para ser imperfecto/a y avanzar igual”. Suena simple, pero lo que estás haciendo es desafiar tu mente inconsciente, que está llena de auto-dudas. Al hacerlo a diario, te ayudarás a reprogramar tus creencias limitantes, porque si tú no te crees que eres capaz, nadie más lo hará.
Y ahora, ¿qué?
Aquí viene la parte más importante: si has llegado hasta aquí, es porque hay una parte de ti que sabe que merece más. No te detengas. No dejes que las creencias limitantes sigan controlando tu vida. Yo puedo ayudarte a ir más profundo, a desprogramar esas creencias que te frenan y a liberar la persona auténtica que ya eres. Mediante diversas herramientas terapéuticas y mi experiencia, te acompañaré a encontrar el origen de tus bloqueos y sanarlos de raíz.
La verdadera transformación empieza cuando decides dejar de esperar a estar lista y actúas. Si estás lista para tomar el control de tu vida, si estás listo/a para sanar esas creencias limitantes que te están frenando, contáctame.
